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martes, 15 de mayo de 2012

Con la manga nos hemos topado.

La Manga. Si, así con mayúscula. Ese calcetín dao de vuelta que tanto miedo da. Ese cucurucho que escupe cuando no quieres y se atasca cuando estás inspirada. Uff, la Manga, qué respeto inspira, qué mito tan grande a desmontar...
Pues toca desmontarlo. De pequeña jugaba cada dos por tres con Lego, me gusta esto de desmontar.

Como todo en la vida, la manga requiere de práctica. Las primeras veces que la tienes en la mano pueden resultar un poco estresantes, especialmente porque tu profesora la acaricia y hace maravillas con el calcetín. Todo se consigue a través de práctica; la que quiera dominar la manga se tiene que sentar a ensayar y ensayar. Dejar volar las ideas, despejar la mente, unirte con el calcetín y soltar las manos.


El pulso va mejorando, cuando el miedo remita. Y todo el secreto está en la presión exacta en el momento exacto. Esto es como la que va a clases de preparación al parto que le dicen: respira, empuja, relaja! Pues con el calcetín es lo mismo: presiona, tira, suelta! Presiona, tira, suelta!

Estoy preparando novedades, entre otras cosas con la manga calcetín, ya iré contando todos los detallitos. Por ahora, para hacer mi muestrario del tipo de decoraciones y flores que se pueden hacer con manga, iré subiendo algún que otro paso a paso por si os sirve de algo.

Hoy comenzamos con la flor del laurel. Necesitamos boquilla para hacer hojas. Yo tengo las de Parpen, marca argentina y utilicé la 56 y 86. Aquí la marca más conocida es Wilton pero en hojas no la tengo, sencillamente buscar una boquilla para hojas mediana.

Preparamos el glacé y rellenamos la manga. No se me quita lo del "glacé", ahora lo he escrito y en vez de corregirlo, opto por explicarlo. A mi glasa me suena raro. Aprendí a trabajar con la manga hace 11 años, al otro lado del gran charco, con profesoras argentinas y allí es glacé. De ahí me viene. Además "glacé" suena cuqui, se da su importancia, jaja.

Bueno, que rellenamos la manga y tenemos a mano un trapito húmedo para tapar la boquilla en todo momento que no usemos la manga. Y ahora el gran reportaje fotográfico de la tartamemucho, que yo para el Pullitzer iría de pena, penita, pena.

1.- Primero preparamos los conos de apoyo para hacer flores con un pedacito de papel de estaño. Este proceso se deberá repetir tantas veces como flores hagamos ya que lógicamente la flor se dejará secar sobre el papel de estaño.

2.- Presionamos y doblamos el exceso hacía atrás de manera que todo el interior del cono quede recubierto. Esta es nuestra superficie de trabajo.

3.- Con la boquilla para formar hojas, introducimos la boca de la manga hasta el fondo del cono y comenzamos a formar una hoja. Cuando lleguemos al borde, suprimimos la presión sobre la manga y soltamos.

 4.- Esta acción la repetimos 4 veces más, girando el cono según vamos trabajando. Finalmente conseguimos una flore de 5 pétalos.


5.- Ahora solo resta insertar en el centro de la flor unos pistilos. Una vez secas, se pueden ordenar a gusto. El tiempo de secado es de 1 a 2 días, dependiendo del clima en el que trabajemos.

Y este es el resultado: una buena dosis de flores del laurel. Listas para utilizar en tu próxima creación o para guardar en un tarrito de esos que tanto me gusta reciclar. Ya que nos ponemos con el calcetín, habrá que sacarle el jugo, digo yo, no?