Si por cada Littlest Pet Shop que hay en mi casa me dieran un Euro, me iba yo de rebajas y no dejaba títere con cabeza, vamos! Vaya como han pegado los bichitos cabezones!
Llegó el cumpleaños de una amiguita, muy aficionada ella... no perdón: muy profesional ella en el mundo de los pequeños cabezones! Y claro, eso, según mi peque-pastelera, tenía que reflejarse en su tarta. O sea que gracias a la vida pude contar en esta ocasión con el incalculable asesoramiento de mi peque para la tarta de su amiguita.
Tengo que decir que estoy muy agradecida por la ayuda de mi peque-pastelera, por todo su interés en la tarta de su amiguita y también porque mis cabezones recibieron el visto bueno de una experta. Beso, mi amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario